Clínica
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El algoritmo no admite ambigüedad y eso trae consecuencias, ¿está cambiando el lenguaje y este nos está cambiando?
En la era digital, las infancias han sido secuestradas por el ojo omnividente del algoritmo. Ya no se juega en la vereda: se performa para la cámara.
La IA no existe en su posibilidad de posicionarse como un otro con quien tratar
lo propiamente humano, no es capaz de discriminar otra realidad ni otra presencia que la virtual. De ello derivan los fenómenos de folie à deux cuando un usuario pierde el registro y sentimiento de realidad.
Algoritmos, pantallas y dopamina tensan el entramado y la constitución de la memoria ¿están reconfigurando el Yo?